Daniel Ruanova (Manifiesto)

Artista Representado

La obra de Daniel Ruanova está compuesta por una serie sucesiva de perfectas bombas de tiempo, detonantes que congelan la velocidad apabullante de la realidad, para poder apreciar la naturaleza caótica del espectáculo contemporáneo, un espejismo envolvente donde la información corre por nuestras venas y se deposita en el colon, para producir espasmos y convulsiones que nos paralizan y someten, para advertirnos que, no importa qué tan insólita es la realidad, no debemos dejar de sonreír y aplaudir en medio de la indignación.

Sitiado en la epidermis del intercambio de los signos visuales, lingüísticos, políticos y económicos del tiempo Neoliberal, la frontera para Daniel Ruanova ha sido alternativamente microscopio y telescopio para reconocer las vicisitudes del nervioso mundo en que vivimos […]

La obra de Daniel Ruanova está compuesta por una serie sucesiva de perfectas bombas de tiempo, detonantes que congelan la velocidad apabullante de la realidad, para poder apreciar la naturaleza caótica del espectáculo contemporáneo, un espejismo envolvente donde la información corre por nuestras venas y se deposita en el colon, para producir espasmos y convulsiones que nos paralizan y someten, para advertirnos que, no importa qué tan insólita es la realidad, no debemos dejar de sonreír y aplaudir en medio de la indignación. 

Ruanova nos advierte que la sonrisa de quien nos exige ser felices es una sonrisa falsa, maligna, cruel, perversa, que reduce todo a un eslogan, un catchphrase virulento o una palabra lapidaria que se transmite por esa hiedra confusa que entretejen los medios de comunicación. Y para ello, convierte a la pintura en acontecimiento, un evento en el que confluyen las gestualidades propias del lenguaje plástico con la claridad de articulación que vemos en el lenguaje publicitario. Ruanova colisiona estos dos lenguajes, los enfrenta y los activa para que el resultado visual sea una suerte de código encriptado (la pintura como CAPTCHA) así como un manifiesto vivo que en cualquier momento puede explotar, y que nos recuerda de aquella poderosa agencia que tenemos los seres humanos para decirle “Fuck You” al caótico orden de las cosas.

Sitiado en la epidermis del intercambio de los signos visuales, lingüísticos, políticos y económicos del tiempo Neoliberal, la frontera para Daniel Ruanova ha sido alternativamente microscopio y telescopio para reconocer las vicisitudes del nervioso mundo en que vivimos, la interzona originaria desde donde se han desplegado las pulsiones más imponentes del mundo globalizado, Tijuana como el campo de entrenamiento para la resistencia y las poéticas de una plástica contemporánea que siempre reclama su vitalidad, a través de explosivos actos pictóricos, mitad biografía estética (la presencia del neón y de las chispas y empalmes en fondos negros, la tipografía rutilante que lucha por su (in)visibilidad) mitad aparato crítico en torno a la eficiencia histérica del capitalismo tardío, para gritarle a la realidad, por medio de rayos y centellas, la urgente advertencia de que si el mundo se está apagando, no nos iremos callados. 

Alejandro Espinoza Galindo 


Obras de Artista

Disponibles en La Caja Galería, atento para futuras exposiciones